e despertó sin ayuda del despertador, solamente con la luz del sol que entraba a través de la ventana.
Miró el cuarto impersonal, y esperó que alguien viniera a levantarla de la cama, cuando oyó buenos días, ni siquiera se dignó a contestar.

Cada día era lo mismo, la misma rutina, la sentaban a la mesa para desayunar, comer, cenar, y veía sobre el mantel los cubiertos, que ya no sabía como utilizarlos, la verdad es que tampoco se esforzaba en hacerlo.

Luego la sentaban en una sala grande, con la tele encendida, y veía sin ver a diferente gente, llegar, irse, algunos le hablaban, otros no le decían nada, o eso le parecía, porque a veces se plantaban delante y le decían algunas cosas, pero ya ni se molestaba en responder.

No es que estuviese enfadado, ni molesto, ni es que fuera una persona extraña, hace tiempo que el mundo interior, le pareció más atractivo que el del exterior, hace tiempo que las palabras dejaron de tener sentido, las conversaciones le aburrían, y los libros ya no le interesaban.

Pero, tenía su mundo interior, en el que no había límites, ni trabas, y en donde vivía aventuras, resolvía enigmas, viajaba a lugares donde no había estado nunca.

Que importaba si no se acordaba ni del día, ni del mes, ni del año que vivía, si ya había conseguido la eternidad...




PD: NADA CAMBIA =/